Al Dr. Mikao Usui le llevó muchos años desarrollar este Sistema Usui de Sanación Natural, y lo que más tiempo le insumió fue estructurar la manera de transmitir el Conocimiento adquirido.
Debía investigar cómo hacer para conectar, a la persona interesada, con la Fuente de Energía Superior tanto en el aspecto energético como el espiritual.
Y además, cómo lograr que esa persona se contactara y desarrollara esa misma CONCIENCIA con la que el Dr. Usui había conectado en la cima del Monte Kurama Yama.
Al fin lo logró, pudo concebir un perfecto
ritual de Iniciación, que la experiencia ha demostrado que es capaz de cambiar “nuestro chip”, saturado de información ya caída en desuso, de dolorosos recuerdos, enredos familiares, odios cuya causa ni recordamos…
Con esto quiero decir que nadie es igual después de haber recibido las Iniciaciones de Primer y Segundo nivel de Reiki.
Hay un Antes y un Después de Reiki.
Porque la Iniciación (o religar) implica el paso de un estado del Ser a un estado Superior. Comienza a transformarse en mejor persona.
Durante el proceso de iniciación se produce un despertar, la mente se ilumina, se instala la protección y nos convertimos en un instrumento con el poder sanador del universo.
La Maestra bendice (invocar en favor de alguien bendición divina) a su alumno.
Queda hecha la conexión con la energía que proviene desde la fuente central y creativa del universo y puede percibirse, (en la sala de Iniciación) “una protección” hacia la maestra y el alumno durante la iniciación (sensación de seguridad, de “refugio”).
Sin la experiencia de las Iniciaciones, momentos sagrados y privilegiados donde la Maestra le transmite al alumno el legado espiritual, la enseñanza no es válida. Cualquier otro método usado para la transmisión de Reiki es una desviación de su forma original.
Con la Iniciación se recupera la conexión consciente con la verdadera naturaleza del Ser, la cual se alimenta cada vez que se recibe Reiki.
El alumno que está siendo religado con la energía universal percibe una paz profunda, se siente tan feliz que no desea ni hablar. Experimenta el Amor, se sorprende porque las lágrimas ruedan por su rostro…sin razón. Siente el calor que empieza a emanar por las palmas de sus manos, a veces tristeza profunda y, hay un común denominador: el llanto. Es conmovedor y enternece ver como limpian su alma, permiten salir todo el dolor reprimido.
Otros visualizan colores, seres de luz, imágenes, maestros ascendidos, figuras geométricas, símbolos; esos son los privilegiados del Universo.
“Los seres humanos han perdido la conexión, la profundidad de su ser. Podemos decir también que no saben que dentro de ellos existe una dimensión mucho más profunda que el fluir de los pensamientos con los que casi todos se identifican”
Eckhart Tolle