Le sucede a más gente de lo que se pueda sospechar. Hacen grandes esfuerzos y se empeñan en cambiar pero les resulta difícil, y no encuentran explicación alguna, y lo más lamentable es que tampoco encuentran una salida.
Están tratando de llenar ese vacío espiritual del que se toma conciencia cuando descubren que estamos viviendo en un mundo de seres solos, sin amor.
Nos agrupamos en familias, amigos, trabajos, colegios, teniendo como objetivo primordial satisfacer necesidades materiales antes que afectivas. Siendo que los seres humanos nos nutrimos de amor, sin ese amor nos desequilibramos.
Y en ese punto estamos…
Nos pasamos todo el día trabajando para tener una familia, tener el coche, tener el chalet, tener la cuenta bancaria, tener, tener…y nos olvidamos de SER, y lo paradójico es que llegamos por la noche a casa tan molestos que no disfrutamos de nada de lo que tenemos.
Sí, en ese punto estamos. Desequilibrados, porque tenemos cubiertos todos los aspectos materiales y el espiritual está en coma.
Para poder nutrirse interiormente y poder evolucionar, muchas personas decidieron tomar como un hábito la meditación diaria, otros han hecho cursos sobre distintas
disciplinas espirituales, e inclusive han asistido a algunos cuyo nivel evolutivo era mucho más alto que su propio nivel.
Leen autores que tienen una profunda sabiduría y un caudal de experiencia interesante, están al tanto de todos los movimientos surgidos en la New Age, saben sobre distintas corrientes filosóficas-esotéricas, hasta conocen los nombres de sus guías y ángeles guardianes.
Posiblemente estas personas fantaseen contando ciertas experiencias y que, seguramente, cuando hablan parecen sabios.
Muy sorprendidos quedamos cuando observamos a esas personas en el diario vivir.
No saben o les cuesta resolver los problemas cotidianos, les resulta difícil enfrentar la vida, se enredan en las simplezas y se asustan ante las dificultades.
Ni siquiera puedan llevar a la práctica los sabios conceptos que repiten en toda conversación.
Esas personas han experimentado mucho en el plano de las sensaciones, pero no en el plano terrenal.
No han recibido la correcta enseñanza de integrar la vida espiritual y la vida terrenal.
Cuando esto sucede la persona entra en un conflicto interior y pierde la esperanza de alcanzar una vida dichosa, se resigna y cae en una vida aburrida, sin alicientes.
Como este tipo de personalidad responde al perfil de “buscador de la Verdad”, seguramente pasado un par de años se dará cuenta que tendrá que revertir su situación y buscar a la Maestra/o, o persona que le guíe, que la despierte de su sueño de resignación, y le haga tomar conciencia y preguntarse que está haciendo con su vida, y enseñarle a integrar su mundo espiritual con el plano material de este planeta Tierra.
Aprender a estar con los pies en la Tierra y al mismo tiempo en contacto con el Cielo, de hecho nuestros centros energéticos están diseñados para tener ese contacto. Nuestra parte de Luz mira hacia arriba y nuestra parte de oscuridad mira hacia abajo.
La mayor evolución de nuestros tiempos es el descubrimiento de que al cambiar las actitudes internas de sus mentes, los seres humanos pueden cambiar los aspectos externos de sus vidas.
WilliamJames