El arancel es LA COMPENSACIÓN entre el maestro iniciante y el iniciado. Asà lo recibió y lo transmitió la Maestra TAKATA, respetando de esta manera la tradición del sistema y evitando su deformación.
LA COMPENSACIÓN
El término “compensar†se puede definir mediante sinónimos como, contrabalancear, equilibrar, resarcir o indemnizar. Esto ya nos da una idea del significado de la palabra compensación como un acto que tiende hacia la estabilidad, sin la cuál nada podrÃa manifestarse en el universo, pues todo suceso requiere de una actividad dual entre dos polos o fuerzas iguales y opuestas que se equilibran para crear.
La Ley Universal de Polaridad expresa lo antedicho y la Ley de Ritmo lo avala postulando que todo se genera a través de un proceso de ida y vuelta, de flujo y reflujo, siempre hay una acción y reacción.
La naturaleza nos da la oportunidad de comprobarlo con sólo observar el comportamiento de las mareas, que suben y bajan; las estaciones climáticas pasan de una temperatura a otra opuesta; una piedra arrojada hacia arriba luego cae.
Todo siempre está en movimiento, todo vibra entre dos extremos que tienden a nivelarse, a compensarse; lo masculino se equilibra con lo femenino, lo positivo con o negativo, el Yin con el Yang.
La compensación es reconocida y aplicada en todos los Reinos naturales como un acto “implÃcitoâ€, el manzano crece sabiendo que recibirá del suelo los nutrientes necesarios para vivir y le devuelve a él sus frutos que permitirán abonarlo.
El ser humano se distingue de todos los demás seres vivientes por el uso de la razón, es consciente. Por lo tanto sabe que forma parte de la naturaleza y que, como todo ser viviente, es la vida.
No puede negar que tanto la ciencia como la religión llegan a la conclusión de que si no existe un intercambio real y en equilibrio en todos los órdenes, los desequilibrios producen daños que ni la enfermedad puede reparar.
 Debemos comenzar por nosotros mismos a buscar el equilibrio ya que somos lo más cercano que tenemos.
 Asà como sucede con el manzano, la Tierra le brinda al agricultor su fertilidad para la siembra, pero el debe otorgarle periódicamente una cosecha para que esta se recupere. Siempre de debe dar en proporción a lo que se toma, es decir, se debe hacer una devolución y es necesario tomar conciencia de ello.
El planeta nos da sin pedir nada a cambio, pues como vimos, la compensación está implÃcita y esto es lo que el hombre tiene que entender. No es correcto dar sin recibir ni recibir sin dar, la compensación debe estar siempre presente pues la estabilidad es la base de la felicidad y ésta existirá si hay equilibrio.
REIKI tampoco escapa a esta ley pues es parte del universo, quien trata de eludirla es aquél que lo practica. La compensación también aquà está implÃcita en el acto en si, es decir, quién da REIKI recibe una retribución a cambio y quién recibe REIKI da una retribución a cambio (tanto en un seminario como en una sesión). Ambos deben saber que el intercambio es mutuo, pues si no, el equilibrio, la estabilidad, el ritmo, se rompe.
En este punto se genera una controversia. Hay quienes piensan que REIKI no debe cobrarse y dicen:
¿Cómo voy a cobrar por REIKI a alguien que lo necesita y quizás no pueda pagar por ello?
O bien:
¿Cómo es que se cobra por dar algo que no es propio y además proviene de Dios?
Por otro lado existe quien sà está dispuesto a cobrar y expresa:
Yo no cobro REIKI, sino el tiempo empleado en practicarlo.
Cualquiera de estos puntos de vista son discutibles y podemos estar o no de acuerdo con ellos, pero si los analizamos detenidamente observamos que:
No se toma en cuenta la “Compensación REIKIâ€, el intercambio mutuo es implÃcito.
Postulan pensamientos que sólo son excusas para ocultar la Verdad. Esta verdad es la “culpaâ€, es decir, los primeros se sienten culpables si cobran; los segundos los hacen sentir culpables y los terceros se escudan detrás de una justificación lógica para eludir la culpa.
Entonces, ¿por qué existe la culpa? ¿Por qué alguien se siente culpable? ¿Por qué se piensa que cobrar REIKI por REIKI mismo es culposo?
Para dilucidar estos interrogantes podemos recurrir al diccionario, donde encontramos que: culpa es una falta cometida a voluntad obrando con negligencia; culpable es aquél a quien se puede echar la culpa y culposo es un hecho imprudente. También podemos valernos de la FilosofÃa, la Religión, la PsicologÃa, etc., para encontrar una respuesta, pero en realidad la culpa es otra excusa que oculta una verdad aún más profunda, la Inseguridad.
La inseguridad proviene de la ignorancia por falta de entendimiento de las Leyes Fundamentales que nos gobiernan y por ende de lo que REIKI es.
Este es el motivo por el cual el tema de la compensación es tan discutido y no se sabe quien, en definitiva, tiene la razón, porque
las razones expuestas carecen de objetividad pues no hay comprensión.
Prueba de ello son las “fallas†que aparecen:
No existe alguien tan pobre que no tenga algo para dar y además el concepto de “cobroâ€, no se refiere al concepto de dinero, existen innumerables formas de retribución.
Si REIKI proviene de Dios, es propio, pues, Él está en cada parte del universo y dentro de éste, estamos nosotros.
No se puede poner al tiempo empleado como única excusa para cobrar, porque en realidad lo que se está cobrando es el esfuerzo y la dedicación personal puesta al servicio de REIKI.
Además, si no se pide retribución, no se da la oportunidad de agradecer, dejando una deuda pendiente que puede ocasionar trabas para que alguien que desea regresar no sepa como devolver; que retribuya menos o más de lo recibido; que se genere la “dudaâ€, pues algo que es gratis o que no requiera esfuerzo personal alguno, puede no servir.
La falta de intercambio es indiferencia. La indiferencia es lo contrario al amor. La vida es intercambio en armonÃa y esto conduce al amor.
El Sistema USUI de Armonización Natural busca colaborar con el religar de nuestras distintas dimensiones y éstas con el planeta y el cosmos, dando y recibiendo amorosamente, honrando a nuestros maestros, padres y ancianos que nos
enseñaron nuestros principios, reconociendo que somos la vida y demostrando gratitud por todo ser viviente; no engañando ni engañándonos, ganándonos la vida honestamente; promoviendo en nosotros y en los demás (aprendiendo y enseñando) sin preocuparnos ni enojarnos, viviendo intensamente este proceso natural del cual debemos hacernos cargo.